En primer lugar, porque la experiencia la viví desde una doble perspectiva, como "artista" y como "modelo".
Comencé la tarde sacando el molde de las manos de mi compañero Javier y más tarde rellenando el molde de escayola para extraer la pequeña escultura, pero la arcilla de rajó y toda la escayola se salió del molde, por lo que tuvimos que tirar todo lo que llevábamos hecho hasta ese momento, ya que fue imposible reconstruirlo.
Tras este intento fallido, Javier empezó a hacer su molde de mi mano. Es una sensación rara, ya que la arcilla está fría, pero cuando va pasando el tiempo empiezas a notar calor. Después, debes tener cuidado al desmoldar, para no mover la mano y estropear el molde.
De nuevo intenté hacer el molde de la mano de Javi y rellenarlo con la escayola. Esta vez todo salió bien.
Y ahora dejo varias fotos con los resultados de nuestro trabajo tras una larga tarde. :)
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